Llegar a la meta es lo importante 

Llegar a la meta es lo importante 

Plantel 14 Mila Alta
Carrera del Nopal


Textos: Selene Núñez, Javier Cerón y Jesús Vicente García 
Fotos: Selene Núñez, Javier Cerón y Ricardo Ledesma 

Sobre la calle Tlaxcala, en donde está el deportivo, justo donde se rompió el listón de donde salió el contingente, se puede ver el volcán Teuhtli, y hacia allá van los corredores, hacia arriba, en zonas angostas, casas bardadas, curvas pronunciadas, el espectáculo justo para que pasaditas las ocho de la mañana arrancase la Carrera del Nopal. 

Jóvenes deportistas del Plantel 14 Mila Alta, blanca la vestimenta, gustosos por correr unos, algo guangos otros, comenzaron el recorrido de 5.5 kilómetros, el camino, cual sierpe, pasaba entre las nopaleras, bajo un sol discreto y sabroso, por fortuna la ola de calor ha pasado, así que el trayecto fue menos cansado, pero no por eso fácil, ya que alumnos, profesores y administrativos marcaron su propio ritmo, en tanto que el camino se antojó prolongado con un panorama verde y café, nopal y tierra; y en las cinco mesas para hidratarse, hubo quienes de plano se sentaron para ver pasar a deportistas que iban rumbo a la meta.  

Antes de mitad del camino, hay un santuario, cuyas escaleras blancas encaminan al visitante, fachada azul con puerta negra, flanqueada por dos dibujos: un hombre trabajando el maguey y un campesino entre la milpa; arriba, unas manos que se saludan. Ahí hacen un alto algunos corredores, para mirar más de cerca el Teuhtli, del cual se dicen varias leyendas, pero lo que sí es cierto es que de fondo está el amor: Había una raza de gigantes, con dos jóvenes guerreros: Popocatépetl y Teuhtli, que se unieron para defender la destrucción de su mundo, a pesar que ambos estaban enamorados de la misma mujer: Ixtaccíhuatl, quien fue herida. El Popocatépetl la ayudó y se quedó con ella hasta que quedaron llenos de nieve, pero sobrevivieron, mientras que Teuhtli se deshieló como castigo divino, para surtir de agua al lago de Chalco y de Xochimilco. Y en medio de estas historias, los corredores continuaron por el camino sinuoso, en subida y bajada, con partes más difíciles que otras, aunque llegar a la meta era lo importante.  

De esta manera, luego de cruzar la meta y tratando de recuperar el aliento, Ángel Daniel Meza Gutiérrez, alumno de cuarto semestre del Plantel 14 Milpa Alta, declaró a Gaceta que, al principio de la carrera, todo iba bien, pero en la subida le empezaron a doler las piernas y se dio cuenta de que los demás competidores le estaban dando alcance, así que decidió realizar un esfuerzo extra para continuar como puntero de la competencia. Dijo que su mamá y su familia lo motivaron a participar en esta edición de la Carrera del Nopal, pues cuando lo hizo anteriormente, llegó en quinto lugar: “Me siento agradecido con mi familia y le dedico este triunfo a mi abuelo recién fallecido, Daniel Meza, quien también era corredor, al igual que su padre”, expresó. 

Iban llegando en medio de aplausos y gritos de ¡vamos, vamos, Bachilleres! ¡El último jalón! Y volvieron vitorear a los ganadores durante la ceremonia de clausura, presidida por el Director General, Víctor Sánchez González, los tres coordinadores sectoriales y directores de planteles, en donde la fiesta continuó con padres, profesores, trabajadores, bajo un sol que ya no era tan discreto, una mañana que fue para los deportistas y para el Plantel 14 Milpa Alta, porque se logró el objetivo: estar alegres en esta segunda Carrera del Nopal.  

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